Triunfo de Santiago Peña en Paraguay frena el avance de la izquierda en la región

Laura Barros

Asunción, 30 abr (EFE).- El contundente triunfo del economista Santiago Peña en las elecciones presidenciales de este domingo en Paraguay supone un freno en el avance de la izquierda en América Latina y consolida el dominio en el poder del conservador Partido Colorado, que en esta jornada aseguró la mayoría en el Senado y las gobernaciones de 15 de los 17 departamentos del país.

A sus 44 años, Peña se impuso ampliamente al liberal Efraín Alegre, candidato de una coalición de diversos partidos de oposición y quien fracasó en su tercer intento de ganar la Presidencia.

Con un 94,74 % de las mesa procesadas y una participación del 63,11 %, Peña y su compañero de fórmula a la Vicepresidencia de la República, Pedro Alliana, sumaron 1.255.104 votos (42,93 %), según los datos del sistema de transmisión de resultados electorales preliminares (TREP) .

Por su parte, Alegre alcanzó 785.338 votos en la elección (27,52 %), que se celebró a una sola vuelta.

Una de las sorpresas de la jornada la dio el candidato independiente y antisistema Paraguay Cubas, quien con el respaldo del Partido Cruzada Nacional, consiguió reunir un 22,73 % de apoyo (648.761 votos).

Peña tomará el testigo del actual presidente del Paraguay, Mario Abdo Benítez, también del Partido Colorado, y quien fue antecedido en el cargo por Horacio Cartes (2013-2018), actual líder del Partido Colorado -o Asociación Nacional Republicana (ANR)-, y considerado mentor político del futuro gobernante.

El triunfo de los colorados en Paraguay rompe una tendencia de izquierda que volvió a la región con el triunfo electoral en Chile de Gabriel Boric; en Colombia de Gustavo Petro y más recientemente de Luiz Inácio Lula da Silva.

Además, ésta es la primera vez desde 2019 que un partido en el poder no es castigado por el electorado, explicó a EFE el director regional del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), Daniel Zovatto.

LLAMADO A LA UNIDAD

En un discurso ante centenares de seguidores del oficialismo, Peña celebró su triunfo, llamó a la unidad y anticipó su intención por atender las desigualdades y asimetrías sociales, sin llegar a mencionar acciones concretas de su futuro Gobierno.

«Convoco a la unidad y al consenso para alcanzar nuestro destino de bienestar colectivo y de prosperidad sin exclusiones. Ha llegado el tiempo de postergar nuestras diferencias, para priorizar las causas comunes que nos unen como nación», afirmó.

«Desde mañana -anticipó en otra parte de su declaración- empezaremos a diseñar el Paraguay que todo queremos sin groseras desigualdades ni injustas asimetrías sociales».

Y agregó que la tarea por hacer «no es para una sola persona o solo para un partido», después «de los últimos años de estancamiento económico, de déficit fiscal, con un preocupante índice de desocupados y el aumento de la pobreza extrema».

La votación de este domingo, en la que casi 4,8 millones de ciudadanos estaban llamados a elegir también a senadores, diputados, gobernadores y concejales, reveló que el Partido Colorado-Asociación Nacional Republicana (ANR) consiguió una mayoría del 43,75 % en la Cámara Alta.

SEGUIR LUCHANDO

El gran perdedor de la jornada fue Alegre, quien ya fue superado en 2013 por Horacio Cartes y en 2018 por Mario Abdo Benítez.

“No vamos a renunciar, no somos de los que nos rendimos. La lucha continúa”, declaró Alegre, en una breve declaración a la prensa realizada desde su residencia en la localidad de Lambaré, vecina a Asunción.

“El mensaje es muy claro, la ciudadanía nos señala claramente que unidos somos mayoría, pero tenemos que estar unidos”, agregó.

El aspirante de la Concertación, un heterogéneo conglomerado político con formaciones de derecha, centro e izquierda, consideró prioritario “avanzar en la búsqueda de fórmulas que permitan seguir luchando”. EFE

El Partido Colorado afianza su monopolio político en Paraguay

Manuel Fuentes

Asunción, 30 abr (EFE).- El holgado triunfo este domingo de Santiago Peña, candidato del Partido Colorado a la Presidencia de Paraguay, consolida a esta formación política nacida en 1887 y que se declara nacionalista, republicana y conservadora, como la fuerza hegemónica en un país que ha gobernado durante 71 años.

La Asociación Nacional Republicana (ANR), nombre oficial del coloradismo, es el segundo partido de América Latina con más tiempo en el poder, sólo superado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que ha gobernado México durante 77 años.

Tras su triunfo electoral, Peña, un economista de 44 años, arrancó su discurso en la noche de este domingo dando las gracias al presidente del partido, Horacio Cartes, el acaudalado empresario que presidió Paraguay entre 2013 y 2018 y que sigue manejando los resortes del poder, como quedó demostrado con el triunfo de su delfín político.

A pesar de que el pasado 27 de enero Estados Unidos le sancionó por corrupción, un mes antes Cartes había conseguido hacerse con la presidencia del partido, y logró que su candidato se impusiera en las elecciones primarias. Esta noche, además, cosechó un arrollador triunfo para ambos.

La imposibilidad de que los mandatarios puedan ser reelegidos y el hecho de que en las elecciones presidenciales no haya posibilidad de una segunda vuelta -algo que en América Latina sucede únicamente en Paraguay y Venezuela- hace que en cada cita con las urnas las opciones del oficialismo se revaliden.

“La victoria oficialista en Paraguay ha roto la tendencia del voto de castigo a los oficialismos que estaba vigente en la región desde 2019”, declaró a EFE el politólogo y jurista argentino Daniel Zovatto, quien ha seguido sobre el terreno los comicios paraguayos durante la última semana.

El rotundo triunfo de Santiago Peña sobre el opositor Efraín Alegre, junto con el importante apoyo obtenido tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, y la victoria en quince de las diecisiete gobernaciones dibujan un cómodo escenario para un partido acostumbrado a ejercer el poder sin apenas oposición, salvo la de sus propias filas, en un ejercicio que algunos analistas califican como gatopardismo político.

Éste ha sido el caso del actual gobernante, Mario Abdo Benítez, enfrentado a su antecesor en la presidencia, y quien se impuso hace cinco años en las elecciones internas a Santiago Peña, apoyado precisamente por Horacio Cartes.

Esta alambicada construcción política explica que esta misma noche, Peña dirigiera sus dardos hacia la gestión del actual mandatario, a pesar de ser correligionario de su mismo partido.

El propio Mario Abdo Benítez, hijo de quien fue secretario privado del dictador Alfredo Stroessner (1954-1989), decidió no acudir al cuartel electoral de los colorados y se limitó a felicitar a quien será su sucesor en la jefatura del Estado mediante un lacónico mensaje en las redes sociales.

“Felicitaciones al pueblo paraguayo por su gran participación en esta jornada electoral y al presidente electo @SantiPenap. Trabajaremos para iniciar una transición ordenada y transparente, que fortalezca a nuestras instituciones y a la democracia del país”, escribió en su cuenta de Twitter.

La tarea que debe enfrentar el futuro Gobierno, proclamó Peña, «no es para una sola persona o solo para un partido», después «de los últimos años de estancamiento económico, de déficit fiscal, con un preocupante índice de desocupados y el aumento de la pobreza extrema”.

Y aunque durante 71 de los últimos 75 años el país ha estado gobernado por el Partido Colorado, proclamó: “desde mañana empezaremos a diseñar el Paraguay que todo queremos, sin groseras desigualdades ni injustas asimetrías sociales”. EFE

Comentarios