Paraguay: desordenado, inestable, confuso, cuestionable, desprolijo; pero desarrollo al fin

Crédito columna: Alejandro Kladniew, socio gerente de Paraguay Development SRL.

Me ha tocado viajar por toda la región durante muchos años y puedo decir que, mientras algunos países retrasan, Paraguay avanza.

Cuando quiero graficar algunas situaciones puntuales, me gusta mucho utilizar el ejemplo del crecimiento del cabello. Cuando nos miramos todos los días al espejo, no nos damos mucha cuenta de cómo nos crece el cabello. Pero, si nos tomamos una foto del último corte y luego la comparamos -por ejemplo- un mes posterior, con lo que nos “devuelve” nuestra propia imagen en el espejo, nos damos cuenta de que hay una notoria diferencia.

En el caso de Paraguay, todos los días vemos noticias en diferentes medios de comunicación respecto a que existen obras públicas retrasadas, que hay otras con sobrecostos; y algunas que deberían haber sido mejor ejecutadas o que se cuestionan las licitaciones, entre otras. Pero lo que no podemos dejar de ver y evaluar es que, en Paraguay hay obras.

Hemos hablado muchas veces sobre los niveles de eficacia y eficiencia en las obras públicas, que dejan mucho que desear. Es además, penoso, preocupante y alarmante la cantidad de sospechas vinculadas a la corrupción en las mismas. Pero no podemos dejar de decir que, si evaluamos en términos de obras públicas, el país ha hecho un cambio positivamente notorio respecto a décadas pasadas.

Líneas de alta tensión para mejorar la interconexión eléctrica nacional; segundo puente en el este con Brasil; duplicación de cientos de kilómetros en la ruta Asunción – Ciudad del Este; ampliación de la represa de Yacyretá con 4 turbinas en Aña Cuá; nuevo camino asfaltado desde la ciudad de Limpio a San Bernardino; ruta de Alberdi a Pilar; Costaneras Norte y Sur en Asunción; puente Chaco’i – Asunción; y duplicación de la ruta Falcon – Bioceánica; son solo algunos ejemplos concretos de decenas de cientos de obras que inexorablemente ayudan al desarrollo del país.

La mayoría -percibo-, entendemos que se podría incurrir a veces a menores costos, mejor planificación, con más alta calidad, mayor transparencia; y eso debe ser un objetivo que, bajo ningún concepto se debe dejar de exigir.

Pero asimismo y teniendo una mirada de mediano y largo plazo, el país avanza y crece; intentando dar a sus habitantes una mejor calidad de vida y un futuro con esperanza.

En los últimos 20 años la pobreza en Paraguay ha disminuido de 58% al 25%, queda mucho por hacer, pero mucho ya se ha hecho, aunque la eficacia y eficiencia no haya sido la deseada.

Me ha tocado viajar por toda la región durante muchos años y puedo decir que, mientras algunos países retrasan, Paraguay avanza.

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