Buenos Aires, 15 oct (EFE). – Argentina cree que existe una «ventana de oportunidad» para superar las diferencias en la negociación abierta para un tratado de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur y confía en la posibilidad de llegar a un entendimiento antes de que finalice este año.
«Es una buena discusión y está en buenos términos. Hay un cierto apuro por ir abordando cada tema y encontrando balances», indicaron este domingo a EFE fuentes diplomáticas de Argentina.
Explicaron que ambas partes han definido ciertos ejes de trabajo sobre los cuales se estableció recientemente tener intercambios semanales a nivel técnico entre las partes con vistas a lograr un acuerdo antes de que concluya 2023.
Tras dos décadas de arduas conversaciones, en junio de 2019 la UE y el bloque integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay alcanzaron un acuerdo político general para sellar un pacto de libre comercio, dejando pendiente la resolución de algunos aspectos técnicos.
Pero esa discusión se complicó por la aparición de nuevas demandas a ambos lados de la mesa, entre ellas exigencias adicionales en materia ambiental.
Con todo, ambas partes están ahora mismo comprometidas en el esfuerzo de llevar a buen puerto la negociación.
«Para ambos bloques el acuerdo tiene hoy un valor mayor que el que tenía en 2019 por todos los cambios que ha habido en la agenda internacional desde entonces. Hay una sensación en ambos bloques de que un acuerdo podría ser un buen elemento para tener en este momento del mundo», valoraron las fuentes consultadas.
Argentina cree que del lado europeo, cuyos ministros de Comercio celebrarán una reunión informal en Valencia (España) el próximo 20 de octubre, existe el mismo ánimo que entre los suramericanos para sacar adelante el pacto, aun con las reticencias que han expresado algunos de los Veintisiete.
«El 2019 no existe más. Este es otro mundo. Ambos bloques han entendido que es importante sentarse a la mesa para sacar adelante un acuerdo, sin retrotraer toda la negociación porque, de otro modo, sería un volver a empezar que llevaría mucho más tiempo. Se entiende que hoy hay una ventana de oportunidad que no sabemos si más adelante va a seguir existiendo», añadieron las fuentes oficiales.
Sobre la mesa están los puntos que habían quedado pendientes de negociar más allá del paquete de capítulos acordados en 2019, pero también otras cuestiones relativas al ambiente, las compras públicas y la cooperación, entre otras.
Según Argentina, los nuevos requerimientos ambientales, más allá de ser un punto introducido en la negociación por los europeos, son también un tema que importa a los suramericanos.
«Las cuestiones del ambiente no son sólo una preocupación para quienes viven en Europa, también lo son para los que viven en el Mercosur. Todos tenemos que ver cómo hacer para avanzar en formas de producción más amigables con el ambiente, lo cual es un objetivo compartido entre la UE y el Mercosur», resaltaron las fuentes consultadas.
Destacaron además que «la matriz energética del Mercosur es muchísimo mejor que la de la UE».
Argentina pone asimismo el acento en las negociaciones en torno a la cooperación, un tema que resulta clave ante las asimetrías de productividad y competitividad entre las empresas europeas y las suramericanas, en especial las pymes.
Aquí entran en juego cuestiones de transferencia de tecnología desde la UE hacia el Mercosur, un punto también central si se quiere avanzar en una agenda verde, marcan desde Argentina.
El país suramericano también hace hincapié en la importancia de que el acuerdo incluya mecanismos para la integración de cadenas de valor, en particular la de los minerales estratégicos y la electromovilidad y otras en las cuales el Mercosur podría ser un «eslabón más potente». EFE