Según el más reciente informe económico del Banco Mundial sobre la región, Paraguay se perfila como la economía de mejor desempeño.
El país debe mejorar la institucionalidad para atraer inversión extranjera directa que genere empleo, transacciones y mayor actividad.
Asunción (Paraguay), 10 abr. (PLUS).- En medio de un panorama económico desafiante para América Latina y el Caribe, Paraguay se destaca por sus sólidas proyecciones de crecimiento, liderando la recuperación en la región.
Sin embargo, Paraguay aún enfrenta desafíos pendientes. Además de la necesidad de corregir sus desequilibrios fiscales y recuperar los puestos de trabajo perdidos durante la pandemia, el país debe mejorar su gasto, su infraestructura, el clima de negocios y su justicia.
Según el más reciente informe económico del Banco Mundial sobre la región, Paraguay se perfila como la economía de mejor desempeño en Sudamérica en los próximos años. Mientras que el crecimiento promedio para América Latina y el Caribe se ubica entre las tasas más bajas del mundo, la proyección para Paraguay es de un crecimiento del PIB de 3,8% en 2024 y alrededor del 3,6% para el 2025.
Estos datos contrastan con el débil desempeño previsto para la mayoría de las economías de la región, las cuales enfrentan obstáculos como la debilidad de la demanda interna, elevados déficits fiscales y externos, así como una inflación persistente.
El informe señala que Paraguay logró sortear de mejor manera estos desafíos, gracias a una sólida gestión macroeconómica, avances en la diversificación productiva y mejoras en la competitividad. Uno de los principales impulsores de su crecimiento fue el dinamismo del sector externo.
A diferencia de varios países de la región que aún registran abultados déficits de cuenta corriente, Paraguay logró mejorar significativamente su posición externa, reportando superávits comerciales. Esto se debe en parte a la resiliencia de la economía de Estados Unidos y la recuperación de Asia, que favorecieron la demanda de las exportaciones paraguayas, especialmente de productos agrícolas y manufactureros.
Adicionalmente, el informe destaca que Paraguay tuvo avances en la reducción de la inflación, llegando a niveles por debajo del promedio observado en los países miembros de la OCDE. Esto permitió una moderación gradual de la política monetaria en el país.
TAREAS PENDIENTES
No obstante, Paraguay aún enfrenta desafíos pendientes, como la necesidad de corregir sus desequilibrios fiscales y recuperar los puestos de trabajo perdidos durante la pandemia. Además, al igual que en el resto de la región, persisten retos en materia de productividad y competitividad que requieren de una agenda de reformas estructurales.
Paraguay, a pesar de su destacado desempeño económico, se enfrenta a una serie de desafíos pendientes que requieren atención urgente para asegurar su continuo crecimiento y atractivo para la inversión extranjera.
En primer lugar, la corrección de los desequilibrios fiscales es crucial para mantener la estabilidad macroeconómica a largo plazo. Si bien el país ha logrado avanzar en esta área, aún persisten ciertas vulnerabilidades que podrían socavar los logros obtenidos hasta ahora. Se necesita una gestión fiscal prudente y eficiente para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas y evitar posibles crisis económicas en el futuro.
Además, la recuperación de los puestos de trabajo perdidos durante la pandemia es esencial para impulsar la actividad económica y mejorar el bienestar de la población. Esto requiere políticas activas de empleo y programas de capacitación que fomenten la reincorporación de los trabajadores al mercado laboral y promuevan la creación de empleo en sectores clave.
En cuanto a la mejora del gasto público, es necesario optimizar la asignación de recursos para maximizar su impacto en el desarrollo económico y social del país. Esto implica eliminar la duplicación de programas, reducir el gasto innecesario y priorizar las inversiones en sectores estratégicos como la educación, la salud y la infraestructura.
Sobre este punto, Paraguay enfrenta importantes déficits en este aspecto, lo que limita su capacidad para competir a nivel internacional y aprovechar todo su potencial económico. Se necesitan inversiones significativas en rutas, puertos, aeropuertos y telecomunicaciones para mejorar la conectividad interna y externa del país, facilitando así el transporte de mercancías y la integración en las cadenas de valor globales.
El clima de negocios también es un factor determinante para atraer inversiones y promover el crecimiento económico sostenible. Paraguay debe adoptar medidas para reducir la burocracia, mejorar la transparencia y fortalecer el Estado de derecho, creando un entorno propicio para la actividad empresarial y la innovación.
Finalmente, la garantía de seguridad jurídica es fundamental para generar confianza entre los inversionistas extranjeros y proteger sus derechos en el país. Esto implica fortalecer las instituciones judiciales, combatir la corrupción y promover un marco legal claro y predecible que brinde estabilidad y certidumbre a las inversiones a largo plazo.
MEJORAR LA MARCA PAÍS
Para el economista Jorge Garicoche, “Paraguay viene trabajando en el desarrollo de una imagen. El mundo nos va conociendo y destaca nuestra estabilidad macroeconómica, el sistema impositivo, las normativas de atracción de inversiones, pero aún nos quedan pendientes algunos desafíos para seguir captando más inversiones”.
Agregó que, junto con coordinar esfuerzos en materia de inversión pública, como construcción de caminos y puentes, también Paraguay debe llevar energía, seguridad, salud y educación. Además, necesita avanzar en materia de seguridad jurídica, en eliminar procesos burocráticos innecesarios y en formalizar parte de la economía, entre otras cuestiones.
“Hemos avanzado y los resultados se están viendo; el sector privado está realizando inversiones históricas, pero aún tenemos mucho espacio para crecer, y la colaboración coordinada entre actores público-privados será clave en esto”, destacó.
Por su parte, el exministro de Hacienda, Manuel Ferreira, indicó que el gran desafío para atraer inversiones no financieras radica en fortalecer la credibilidad del sistema judicial y la normativa paraguaya. Explicó que si bien Paraguay está accediendo a la categoría de grado de inversión con tasas de interés similares, las críticas sobre la institucionalidad persisten.
“Solo al mejorar la institucionalidad se podrá atraer inversión extranjera directa que genere empleo, transacciones y mayor actividad económica. Fortalecer la marca país no es la única solución. Debemos trabajar internamente para mejorar la calidad institucional, no solo en la imagen que proyectamos, sino en la realidad del país. Más allá del grado de inversión, Paraguay debe apuntalar su institucionalidad para un crecimiento sostenible”, concluyó.
Finalmente, Wildo González, chief economist de Puente Casa de Bolsa, sostuvo que es crucial generar una mejora genuina en el Estado de derecho. Esta área requiere una serie de reformas destinadas a alcanzar consensos sobre los aspectos más críticos que impiden su fortalecimiento. Esto es esencial, ya que un sólido estado de derecho actúa como un indicador clave de que la inversión extranjera estará segura y protegida.
En segundo lugar, sostuvo que, “Es vital abordar y cerrar las brechas de infraestructura, tanto física como social. Desde la perspectiva de un inversor que ha superado el filtro del Estado de derecho, los factores decisivos para realizar inversiones incluyen el nivel de conectividad, el estado de las carreteras y, especialmente, la calidad de vida en las principales ciudades. Estos elementos son cruciales para facilitar la inversión y garantizar un entorno propicio para el desarrollo empresarial”.