El FMI aconseja crear fondo de estabilidad que evite la volatilidad de las commodities

 

El ciclo de precios altos de las commodities llega a su fin y hay que prepararse. Entre 2003 y 2011, el sector vivió un boom que provocó que el Índice de Precio de Materias Primas (Ipmp) de la región crecieran en promedio 5,5% anualmente, algo que pasó a la historia, de acuerdo a las predicciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que para los próximos cinco años augura una tasa de crecimiento del Ipmp negativa para la mayoría de los países exportadores.

Entre los damnificados están lo que el FMI denomina ‘economías integradas financieramente’, es decir, Colombia, Perú, Chile, Ecuador, Bolivia, Brasil y Uruguay. Su Producto Interno Bruto (PIB) se verá afectado por el menor crecimiento en los precios de las commodities, cuya demanda se espera que baje con la desaceleración china, aunque los precios se mantengan elevados. Perú sería el más afectado con el golpe y perdería hasta 2% de su PIB, mientras que el descenso sería de 0,8% para Chile y 0,5% para Colombia.

Afortunadamente, hay una solución para minimizar el daño. El FMI propone la creación de un fondo de estabilidad que permita a los países ahorrar los beneficios del superciclo y afrontar con este remanente los años difíciles.

“Es un posible elemento para  obtener una política fiscal sólida”, reconoce Bertrand Gruss, coautor del informe del FMI.

Este nuevo fondo podría operar de forma independiente al Fondo Latinoamericano de Reservas (Flar), que actualmente reúne a Colombia, Venezuela, Costa Rica, Ecuador, Perú, Bolivia y Uruguay, y que dispone de US$5.900 millones para que los países que lo necesiten puedan hacer frente a sus crisis.

“Pero ahí habría que precisar que dicho fondo no puede ser regional, puesto que no todos los países exportan el mismo tipo de commodities, ni tienen las mismas circunstancias”, apunta Andrés Escobar, analista de la consultora Econcept.

También el FMI destaca el problema de la ‘idiosincrasia’. Colombia exporta petróleo, pero para Chile, el potencial es el cobre. Unificar los remanentes resulta entonces complicado.

Bajando al nivel nacional, los consejos ya no son tan novedosos. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) recomendó el año pasado en un reporte  del año pasado fomentar el ahorro con fondos nacionales. Algunos hicieron los deberes y otros llegaron tarde, como Colombia, que creó un fondo en 2012 que prevé la regla fiscal y que se alimenta de los dividendos del petróleo, y otro que se nutre de 30% de regalías. El primero carece de fondos porque perdió el ciclo, según explicó Escobar.

Chile, con su fondo de cobre, lleva ahorrando 10 años, cuenta  Francisco Klapp, economista del Instituto chileno Libertad y Desarrollo. A febrero de este año, fecha de la última actualización, el fondo dispone de US$15.000 millones, obtenidos después de que un grupo de expertos establezca un precio estimado durante los siguientes 10 años. Si se supera, se guardan las ganancias; si se obtienen resultados inferiores, se recurre al fondo.

“Este ahorro se invierte en bonos de EE.UU. y en papeles seguros que se pueden liquidar rápido si hace falta”, señala Klapp.

Pero como destaca Escobar, pocas naciones aprovechan las virtudes de estos fondos, que están presentes en la mayoría de países de la región, pero con la metodología colombiana, es decir, a cero.

Brasil y Chile ya recurrieron a sus fondos
Los remanentes guardados en épocas de bonanza permitieron a Brasil y Chile obtener ayuda económica extra ante imprevistos, mientras algunos países de la región están repensando sus fórmulas para mejorar su operabilidad. Ese es el caso de países como Perú, Colombia y Chile, que según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), iniciaron un proceso de separación de objetivos e instrumentos para mejorar las opciones de sus fondos.

Las Opiniones

Andrés Escobar
Analista de la Consulta Econcept
“Lo razonable es que los fondos sean por país, porque las consecuencias que se evitan son macroeconómicas, pero en cada Estado”.

Francisco Klapp
Economista en el Instituto Libertad y Desarrollo
“La complejidad reside en que necesitas saber cuál es la meta de déficit estructural para hacer un plan de ahorro que se mantenga en diez años”.

Por: Cynthia de Benito

Fuente: La República

Comentarios

Deja un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.