Rubén Ramírez Lezcano: “Los principales motores de la economía prácticamente se han apagado”

El economista y diplomático, analiza la situación de recesión que enfrenta Paraguay. Este escenario demanda una gestión eficiente y dinámica, con la generación de inversión pública y privada intensiva para movilizar la economía en tiempos de crisis. Además, los retos del gobierno de Mario Abdo Benítez, que atravesó una crisis de credibilidad y lo puso contra las cuerdas en su primer año de gobierno.

PLUS: La estabilidad macroeconómica y el promedio de crecimiento desde su visión personal, ¿cómo se proyectan para los próximos meses?

Rubén Ramírez: Paraguay tiene una reconocida estabilidad económica, sustentada en la preservación de los fundamentos macroeconómicos: de responsabilidad fiscal, estabilidad cambiaria, controlados índices de inflación como objetivo de la política monetaria, con adecuadas intervenciones del BCP en el manejo de las tasas.

Sin embargo, nos enfrentamos al riesgo de desestabilizar las finanzas nacionales, dado el nivel de gasto público no sostenible, que arriesga el cumplimiento de la ley de responsabilidad fiscal, al incrementar los gastos rígidos en el PGN 2020, lo cual implica concertar medidas de carácter contractivo que agraven la recesión.

De acuerdo con los últimos estudios del BCP, la caída del -3% del PIB en el segundo trimestre respecto del 2018, da como resultado de una caída del -2,5% interanual en el primer semestre del 2019, aunque aún sostienen una proyección de crecimiento anual del 1,5%.

Por el contrario, nuestros análisis arrojan expectativas que están por debajo de lo proyectado por el BCP, dependiendo de las acciones de política pública y de gestión en la ejecución presupuestaria, de manera que las políticas anticíclicas verdaderamente impacten. Por lo tanto, alentamos a nuestras autoridades para que en este último trimestre se pueda superar la línea de flotación que es dramática para la mayoría de las categorías y sectores económicos.

En este sentido, considerando la caída en todos los indicadores de la actividad económica: agricultura, ganadería, minería, energía, consumo, ventas, exportación, importación, obras públicas, comercio y servicios; que arrojan disminución de ventas, facturaciones, cobros y costos financieros asociados con un impacto negativo de entre -4 % y -27%, el crecimiento del PIB estaría entorno del 0,7% y -0,4% al finalizar este año.

Observamos, asimismo, un notable incremento de la actividad económica informal y el contrabando sobre las que debemos llamar la atención de autoridades, pues la mayoría de las tácticas comerciales (90% de las empresas) están sustentadas en promociones de 2 o hasta 3 productos por 1; con grandes descuentos, de hasta un 70%, lo que significa menor rentabilidad, dada la dramática caída de las ventas y el consumo, además de los riesgos sobre los indicadores de empleo.

PLUS: ¿Va a seguir impactando la situación política y económica argentina en la recesión que sufre el país?

Rubén Ramírez: La situación política argentina se definirá en breve, en el caso que no existiese segunda vuelta. Recordemos que las primarias, conocidas como PASO, suelen ser un indicador para medir las decisiones del electorado argentino antes de las presidenciales, que tendrán lugar el 27 de octubre.

Los resultados de las PASO, celebradas recientemente, apuntan a la vuelta al poder del kirchnerismo, la fuerza que durante 12 años gobernó Argentina (2003-2015) con una marcada tendencia del Estado sobre el mercado. En esa perspectiva, una primera consideración es ver de qué manera la política exterior de ese país oriente sus acciones de integración regional.

Por una parte, en lo relativo a la agenda Mercosur y su particular relación bilateral con el Brasil; así como la posición sobre el Grupo de Lima y sobre Venezuela. También habrá que observar sus acciones con respecto al Acuerdo Mercosur–Unión Europea y las otras negociaciones llevadas adelante con el EFTA, Corea del Sur, Canadá y China. El impacto estará dado por los resultados que tenga una política externa de más apertura,  generando acceso a mercados muy importantes.

Desde el punto de vista económico, la devaluación del peso, las medidas fiscales de eliminación del IVA a determinados productos de la canasta básica, una inflación que estaría alcanzando el 54% anual, hacen que, en este momento, los productos argentinos en frontera con Paraguay tengan una competitividad en valor de -15% menos que los productos nacionales. Los efectos de esta situación sobre nuestro mercado, son el incremento del contrabando y de la economía informal, una disminución del turismo, disminución de las remesas y una menor proyección de nuestras exportaciones con valor agregado hacia ese mercado.

Entonces habrá que seguir las políticas económicas que adopte el próximo gobierno argentino para resolver su política fiscal, la estabilidad y previsibilidad requeridas, alcanzar una política cambiaria sostenible y un sobre endeudamiento que los obliga a negociar con varios acreedores internos y externos, como por ejemplo el FMI, entre otros aspectos relevantes.

PLUS: En el escenario actual, ¿cuáles son los desafíos del Poder Ejecutivo y del Estado para dinamizar la economía?

Rubén Ramírez: Ante esta situación económica, caracterizada por la contracción del producto interno bruto, así como la reducción de la inversión, el empleo formal y del consumo, la política obligada es emprender acciones que permitan reactivar la economía a partir de estrategias anticíclicas.

No obstante, debemos evitar cometer errores anteriores, así como los que adoptaron algunos países que establecieron medidas que contribuyeron a profundizar el deterioro de la economía, porque se priorizaron los compromisos de subsidios y empleo público para la sostenibilidad política, derivando en el endeudamiento insostenible.

Las políticas anticíclicas incluyen estímulos fiscales, como podría ser postergar la aplicación de la ley de reforma tributaria; incentivar el incremento de la inversión pública y privada (ley 5074 y ley app); el emprendimiento responsable, con el fin de promover el consumo; el apoyo a la inversión productiva y satisfacer las perentorias necesidades de contraprestación de entrega de bienes y servicios públicos de calidad a los contribuyentes.

Además, el ajuste presupuestario inmediato ante riesgos de déficit excesivo y su corrección urgente, son medidas necesarias para alcanzar los objetivos de estabilidad y convergencia, y la abstención de atribuir el déficit a la contracción del PIB, cuando éste es hoy inferior o igual al  -1,5% anual. El desafío principal es lograr un PGN 2020 equilibrado, con mejor calidad del gasto público.

PLUS: ¿Cuáles son y serán las principales consecuencias de la recesión económica, para la continuidad del gobierno de Mario Abdo Benítez?

Rubén Ramírez: Es oportuno mencionar, con lo que además concuerdo, que a criterio del propio ministro de Hacienda, Benigno López (quien es también hermano del presidente de la República) reconoció que despertar credibilidad al interior de la población paraguaya es el punto pendiente que enfrenta el gobierno de Mario Abdo Benítez.

Considero que esa credibilidad solo se puede construir con liderazgo, con una visión y sentido claro del rumbo económico, con metas y prioridades bien definidas y una comunicación nítida con la ciudadanía. De lo contrario, las consecuencias para la economía serán muy complicadas, porque ante la desconfianza no hay inversiones nacionales o extranjeras, el consumo seguirá deprimido, podría crecer el empleo informal y el humor social continuará siendo muy negativo. El mayor desafío no es tanto que Paraguay haya entrado en recesión, sino que la incertidumbre puede crecer cada día ante la posibilidad de que la economía del país pase por un largo periodo de bajo crecimiento y esto nos obliga a ser positivamente propositivos.

PLUS: ¿Cree que Abdo Benítez llegará a concluir su mandato en el 2023?

Rubén Ramírez: El riesgo de estabilidad política está instalado en el país desde la última crisis que convocó un pedido de juicio político al presidente y al vicepresidente de la República. La construcción de la mayoría parlamentaria que hoy sustenta al gobierno es frágil. La continuidad del presidente Mario Abdo depende de él mismo y sus circunstancias, de lo acertadas que sean sus decisiones, de que logre transmitir la confianza que la sociedad paraguaya espera del Ejecutivo y fundamentalmente de los resultados que de sus políticas arrojen en materia de transparencia y calidad de gestión pública.

Rubén Ramírez: ¿Cómo impactó la situación económica a la gestión del Ejecutivo?

Rubén Ramírez: La situación económica de Paraguay se encuentra en recesión, debido a impactos externos e internos. Por el lado externo, los factores son globales y regionales: las tensiones comerciales entre China y EEUU; el Brexit entre el Reino Unido y la UE; la situación crítica de Argentina y la ralentización de la economía del Brasil; las crisis políticas en Perú, Ecuador, Venezuela y elecciones en Bolivia,

Estos hechos impactan en la caída del comercio internacional que, de acuerdo con cifras del Banco Mundial y del FMI, podría implicar una reducción de alrededor de los US$ 700.000 millones en transacciones. Esto impacta sobre la depreciación de los commodities agrícolas, minerales y energéticos.

Por el lado interno, los principales motores de la economía se han prácticamente apagado, como son la agricultura y la energía, por factores climáticos, entre otros. Esta situación demanda al gobierno del presidente Abdo Benítez una gestión eficiente y dinámica, con la generación de inversión pública y privada intensiva para movilizar la economía en tiempos de crisis.

Como mencioné anteriormente, la gestión no ha logrado generar confianza y por lo tanto no ha podido construir una visión compartida sobre la dirección del gobierno y sobre el destino de los paraguayos. La democracia es el gobierno del pueblo, pero como todos no pueden gobernar, los ciudadanos elegimos a algunos de ellos para que nos representen, tanto en el Poder Ejecutivo como en el Legislativo.

Muchas veces ocurre que los políticos olvidan dos cuestiones claves: por un lado, que representan a todos, por lo que no pueden decidir lo que se les ocurra. Por otro, cuando una persona paga impuestos, financia los ingresos de los representantes. En otras palabras, los legisladores o representantes del Ejecutivo, son los intermediarios entre la población y quienes deciden. Hay un amplio margen para tomar medidas más acertadas, prueba de ello son los bajos niveles de aprobación ciudadana.

En palabras simples, la mayoría de los ciudadanos no se siente representados por quienes han elegido. Lo que constatamos es que no saben cómo construir consensos (cada uno vela por su propio interés), promesas sin medir las consecuencias y solo con un afán electoral, escándalos de corrupción, fiscalizándose y perdonándose unos a otros, en lugar de discutir leyes a favor del desarrollo del país. Y eso tiene su impacto sobre la economía.

Comentarios