Campaña agrícola 2023/2024 culminaría con más de 9 millones de toneladas de soja

A pesar de augurar una producción récord de soja para la campaña 2023/2024, el sector agrícola de Paraguay enfrenta serios obstáculos en la exportación de sus granos, poniendo en riesgo su competitividad y rentabilidad. La bajante de los ríos navegables y los conflictos gremiales con Brasil amenazan con retrasar las entregas y encarecer los costos.

La campaña agrícola 2023/2024 en Paraguay se perfila como una de las mejores en años recientes, con una producción estimada de entre 9,3 y 9,5 millones de toneladas de soja, según informó el director ejecutivo de la Cámara Paraguaya de Exportadores de Cereales y Oleaginosas (CAPECO), Ing. Agr. Hugo Pastore. Esta zafra, calificada como «buena» por las autoridades del sector, representa un hito destacable para la economía nacional, fuertemente dependiente de la exportación de commodities agrícolas.

Sin embargo, el panorama promisorio se ve empañado por una serie de obstáculos logísticos que amenazan con retrasar las entregas y encarecer los costos de producción, socavando la competitividad de los agroexportadores paraguayos en el mercado internacional. Dos factores clave han convergido para generar esta situación: la bajante histórica de los ríos Paraguay y Paraná, y los conflictos gremiales en los pasos fronterizos con Brasil, uno de los principales destinos de los granos paraguayos.

En cuanto a la navegación fluvial, las aguas bajas del río Paraguay han complicado severamente el tránsito de las barcazas encargadas de transportar la producción hacia los puertos de Argentina y Uruguay. «Las barcazas están cargando a bastante menos de su capacidad, y el tiempo de tránsito entre los puertos de carga y descarga también se ha extendido», explicó Pastore. Una situación similar se experimenta en el río Paraná, donde si bien las represas brasileñas y paraguayas permiten un mayor control del caudal, la navegación se mantiene con dificultades.

Este escenario genera «ineficiencia y sobrecostos» para los agroexportadores, advirtió el directivo, lo que a su vez se traduce en menores precios para los productores. Los fletes fluviales se han encarecido debido a la imposibilidad de navegar a plena carga, mientras que los tiempos de tránsito más prolongados implican mayores costos de almacenamiento, potenciales mermas y gastos financieros adicionales.

Pero los desafíos no terminan ahí. En el paso fronterizo entre Ciudad del Este y Foz de Iguazú, una huelga de funcionarios del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (MAPA) de Brasil ha provocado un cuello de botella que ha reducido el flujo de camiones a tan solo un 10% de su capacidad habitual. «Esto genera una aglomeración de camiones, costos de sobrestadía, problemas para el cumplimiento de los contratos, y una gran incertidumbre para hacer nuevos negocios y nuevos contratos», lamentó Pastore.

La situación ha llevado a CAPECO y otros gremios a solicitar la intervención de la Cancillería paraguaya y la Embajada de Brasil, en un intento por destrabar el conflicto a nivel gubernamental. No obstante, hasta el momento, las gestiones no han logrado resultados tangibles.

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