Las claves del Brexit: implicancias para Latinoamérica y Paraguay

* Crédito columna: Lucas Arce, Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP).

El jueves 23 de junio pasado, en Gran Bretaña, se llevó a cabo un acontecimiento con amplias repercusiones mundiales: el referéndum para decidir la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE).

Dicho referéndum resultó en la victoria de los partidarios de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit), con 52% de los votos sobre el 48% obtenido por la permanencia. De esta elección voluntaria participaron alrededor de 30 millones de personas, un 71,8% de los ciudadanos británicos.

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Si bien el resultado del referéndum no tiene carácter vinculante, por lo cual la decisión de salida de la UE todavía depende del gobierno británico, existen muy altas probabilidades de que el Brexit se haga efectivo en el transcurso del próximo año.

No obstante, no están claros los detalles de cómo será dicho proceso, qué tipo de arreglo comercial existirá entre el Reino Unido y la UE una vez terminada la separación,  ni cuáles serán los efectos directos de ese nuevo arreglo.

La salida británica de la Unión Europea tiene potenciales consecuencias de corto y largo plazo no solo en Europa, sino también en el resto del mundo. Hasta ahora, los efectos más notorios del referéndum han sido de carácter económico y político.

Entre los efectos económicos se observan la caída de las bolsas a nivel internacional y la caída del valor de la libra esterlina a mínimos observados desde 1985.

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Por otro lado, el referéndum ha tenido como consecuencia política la renuncia del primer ministro David Cameron y su reemplazo por TheresaMay, la nueva líder del Partido Conservador. El gabinete de May (que cuenta con algunos de los mayores propulsores del Brexit entre sus figuras) es el actual encargado de llevar adelante las negociaciones para la salida de la UE.

Hasta el momento, existe poca claridad sobre cuáles serán las consecuencias internacionales del Brexit a largo plazo, ya que en buena parte depende del tipo de relacionamiento alcanzado entre el Reino Unido y la UE una vez finalizada la salida; y el comportamiento de la economía mundial durante y después del mismo proceso.

Sin embargo, las consecuencias no necesariamente tendrán el mismo impacto en cada región del planeta. En las siguientes secciones, se delinearán algunos aspectos  que hacen al proceso del Brexit, así como sus posibles consecuencias en América Latina y Paraguay.2016-12-02-viernes

EL PROCESO DE SALIDA DE LA UE 

El proceso de salida aún no ha sido especificado. Incluso, todavía existe la posibilidad remota de que no se comience con el mismo, dado que aún no se ha invocado la cláusula de salida de la UE (artículo 50 del Tratado de la Unión Europea).

Sin embargo, la primer ministro TheresaMay ha mantenido que el gobierno de su país llevará adelante lo expresado por la voluntad popular: en sus propias palabras, “BrexitmeansBrexit” (La salida de la UE significa la salida de la UE). El gobierno británico ha declarado que el Reino Unido comenzará el proceso de salida de la UE, invocando el Articulo 50 del Tratado de la Unión Europea en marzo de 2017.

No obstante, el proceso de salida, a priori, parece ser un camino largo e incierto. El Reino Unido permanecerá como miembro pleno de la UE hasta tanto se complete la negociación de los términos de su salida.

Este proceso puede tomar hasta dos años, posteriores a la invocación del artículo 50 del Tratado de la Unión Europea. El artículo 50 explica que el Estado miembro de la UE que decida retirarse notificará su intención al Consejo Europeo.

A la luz de las orientaciones del Consejo Europeo, la Unión negociará y celebrará con ese Estado un acuerdo que establecerá la forma de su retirada, teniendo en cuenta el marco de sus relaciones futuras con la Unión.

El Consejo lo celebrará en nombre de la Unión por mayoría cualificada, previa aprobación del Parlamento Europeo. Los Tratados dejarán de aplicarse a Gran Bretaña a partir de la fecha de entrada en vigor del acuerdo de retirada o, en su defecto, a los dos años de la notificación, salvo que el Consejo Europeo, de acuerdo con dicho Estado, decida, por unanimidad, prorrogar dicho plazo.

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Hasta el día de la salida efectiva, la UE posee la competencia legal de la política comercial de Reino Unido y la Comisión Europea, uno de los tres órganos más importantes de la UE, es la encargada de su implementación. Todos los acuerdos de la UE con otros estados miembros de la OMC se mantienen y el tratamiento de las importaciones y exportaciones siguen rigiéndose a través del tratamiento previo al referéndum.

La complejidad del proceso de transición aún no empezado explica la incertidumbre que existe en torno a la salida. Hasta que no sea invocado el artículo 50 y no se establezcan los principales incentivos de la negociación, parece difícil observar certeramente las consecuencias económicas y políticas de largo plazo que acarreara este proceso. Sin embargo, existen algunas pistas sobre las razones de esta incertidumbre.

Primero, la dilatación de la invocación de la cláusula de salida es resultado directo de la falta de garantías del Reino Unido para conseguir un buen resultado de las negociaciones dentro del proceso Brexit.

Una vez invocada la cláusula, el Reino Unido perderá buena parte de su capacidad de negociación con la UE, dado que las reglas del proceso de salida están deliberadamente inclinadas a favorecer a la Unión por sobre el miembro saliente.

Por ello, el gobierno del Reino Unido busca conseguir canales informales de discusión dentro de la UE, de manera de establecer cuál será su piso en la negociación con los países europeos. La falta de claridad sobre los incentivos de Gran Bretaña en el bloque hace difícil pronosticar qué tipo de arreglo comercial dictará, una vez fuera del bloque, los intercambios entre tal país y la UE.

Segundo, la misma negociación entre la UE y el Reino Unido dilata el proceso de negociación de nuevos acuerdos comerciales con terceros países.  Mientras Gran Bretaña negocie su salida del bloque comercial europeo, dicho país mantiene su política comercial sujeta a la política comercial comunitaria.

Ello significa que la Unión Europea sigue manteniéndose como el principal negociador de la política comercial británica frente a terceros hasta su salida efectiva, colocando a cualquier negociación comercial con otros países en un terreno incierto.

Más aún, dada la incertidumbre sobre cuáles serán las nuevas reglas que regirán la política comercial británica en el futuro, aquellos países que quieran entrar en acuerdos comerciales con el Reino Unido deberán esperar el anuncio de dichas reglas.

Dado el amplio rango de opciones posibles, Gran Bretaña podría tener que renegociar sus compromisos existentes con los miembros de la OMC en conjunto y en particular (aunque esto es todavía un punto de debate entre especialistas), antes de iniciar nuevas tratativas de acuerdos comerciales.

Tercero, aunque en menor grado que Gran Bretaña, también la UE verá resentida su capacidad para mantener la intensidad de las negociaciones con terceros países, al menos hasta que clarifique el proceso de salida con el Reino Unido.

Es muy probable que la salida de un miembro comercial tan importante como Gran Bretaña, por un lado, implique que, por un tiempo, la UE deberá centrarse en resolver acuerdos internos antes que resolver acuerdos con terceros países.

Por el otro lado, la salida de Gran Bretaña implicará una necesaria recomposición de poderes e influencia dentro del bloque comercial europeo, lo que llevaría necesariamente a revaluar los futuros acuerdos comerciales con terceros países.

IMPLICANCIAS PARA LATINOAMÉRICA

Si bien los principales efectos comerciales y de inversiones del Brexit serán sentidos en Europa y, hasta cierto punto, en países como Estados Unidos y Japón, existen indicios de que el mismo podría afectar al crecimiento de la economía mundial.

Sin embargo, comparado con los efectos del Brexit en diferentes regiones del mundo, es evidente que Latinoamérica será una de las regiones donde sus efectos directos se sentirán con menor intensidad.

La baja integración de la economía británica con las economías latinoamericanas, fácilmente observada en términos de comercio e inversiones, permite anticipar un leve efecto directo en nuestra región.

En términos de comercio, los efectos del Brexit en el intercambio de bienes entre América Latina y el Reino Unido serán reducidos. Hoy por hoy, el volumen de comercio entre dicho país y nuestra región muestra valores mínimos. La tabla 1 muestra el intercambio entre la región y el Reino Unido en 2015.

En promedio, menos del 1% del total de las exportaciones latinoamericanas tienen como destino a Gran Bretaña. Por otro lado, las exportaciones de Gran Bretaña a Latinoamérica representan cerca del 2% del total de las exportaciones británicas al mundo en 2015 (Ver tabla 2).

El bajo comercio entre ambos es una prueba de que cualquier cambio de política comercial de Gran Bretaña hacia Latinoamérica tendrá efectos mínimos en el corto plazo (Mendez-Parra 2016).

Aquellos países latinoamericanos con acuerdos de libre comercio con la Unión Europea (como Chile, México, Perú, Colombia, y algunos países de Centroamérica) se verán más afectados.

No obstante, debido al reducido tamaño de su intercambio actual con este país, las posibles modificaciones no conllevarían un daño significativo a sus economías. En el caso de los países de Mercosur, al no poseer ningún tipo de trato preferencial de comercio con el Reino Unido, no sufrirán este tipo de cambios de reglas de manera directa.

En cambio, es posible que los efectos del Brexit puedan afectar actuales negociaciones del TLC entre la UE y los países de América Latina, especialmente el posible y dilatado acuerdo Mercosur-Unión Europea.

La economía británica está especializada en servicios y, secundariamente, industria. Tradicionalmente, se trata de una economía liberal, promotora de los acuerdos comerciales de la UE con el resto del mundo y con baja resistencia para la apertura de su reducido sector agrícola.

El Brexit podría llevar a que la UE tuviera una postura más proteccionista en temas agrícolas, debido al mayor peso del lobby agrícola dentro del bloque europeo. Dicha postura más proteccionista podría bloquear o al menos complejizar la de por sí difícil negociación de Mercosur y la UE.

Además, esta postura proteccionista en temas agrícolas podría ser trasladada a las negociaciones llevadas a cabo en el seno de Organización Mundial de Comercio (Mendez-Parra 2016).

Para muchos de los países latinoamericanos, Reino Unido ha dejado de ser un socio comercial o una fuente de inversiones desde hace largo tiempo atrás. Incluso Argentina, que había tenido una relación comercial estrecha con Gran Bretaña en buena parte del siglo XX, el intercambio ha decaído desde 1960.

El declive en las relaciones británico-latinoamericanas también puede ser percibido desde la política. Por ejemplo, el ex primer ministro británico David Cameron sólo visitó dos veces Latinoamérica entre 2010 y 2014, mientras estuvo 23 veces en Asia durante ese periodo (Mendez-Parra 2016).

En términos de inversiones, la Inversión Extranjera Directa (IED) de Gran Bretaña en Latinoamérica es reducida. En 2012, el flujo de IED británica en América Latina fue de 2.935 millones de dólares, representando un 6,99% del flujo total de IED del Reino Unido en el mundo (OECDStat 2016).

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IMPLICANCIAS PARA PARAGUAY

Las implicancias para el Paraguay sobre el Brexit son similares a las tenidas en cuenta para el resto de América Latina. En temas referidos a comercio bilateral entre Paraguay y Reino Unido, existe un intercambio creciente pero todavía pequeño.

En 2015, Paraguay importó alrededor de US$ 43 millones desde el Reino Unido, representando un 5% del total de importaciones provenientes desde la Unión Europea.Paraguay importa desde Reino Unido productos como maquinarias y químicos.

En términos de exportaciones, Paraguay exportó poco más de US$ 86 millones durante 2015, un 6% de todo lo exportado a la UE durante ese año. La mayor parte de las exportaciones a este país fueron carbón, harina y pellets de soja, arroz y carne.

Debido al bajo monto de las inversiones británicas en suelo paraguayo, es difícil que el Brexit impacte directamente sobre la recepción de IED en Paraguay.

En el cuarto trimestre de 2015, el saldo de IED en Paraguay proveniente de Gran Bretaña fue de alrededor de US$ 162 millones. Estos US$ 162 millones representaron 3,7% del total de IED proveniente de todo el mundo en Paraguay durante ese periodo (ver Gráfico 3).

El flujo de inversiones es todavía menos significativo: en 2015, el flujo de inversiones provenientes de Gran Bretaña a Paraguay fue negativo en alrededor de US$ 19 millones.

Comparativamente, otros países de la UE, tales como España y Holanda han sido importantes inversionistas en Paraguay durante dicho año –US$ 30 millones y US$ 20 millones respectivamente-  (ver Gráfico 4). Es posible que una eventual crisis económica en Europa modifique las perspectivas en términos de recepción de IED europea, aunque este efecto todavía no puede ser analizado fehacientemente.

Por lo pronto, la baja de la libra esterlina británica post referéndum podría estar anticipando mayores dificultades para la llegada de IED desde Gran Bretaña.

Dado este panorama, es altamente probable que el efecto derivado del Brexit más directo hacia Paraguay sea, como se ha explicado anteriormente para el caso latinoamericano, el cambio dentro de las negociaciones comerciales entre la UE y el Mercosur.

Existe una alta probabilidad de que los tiempos de negociación se dilaten, en tanto los bloques comerciales consigan restablecer sus posturas una vez que exista mayor certidumbre acerca de los efectos del Brexit para la toma de decisiones e incentivos del bloque europeo.

Si Gran Bretaña recuperase las potestades de su política comercial frente a terceros en los próximos años, la posibilidad de un acuerdo de libre comercio con Reino Unido a través de Mercosur podría estar entre las alternativas.

Autoridades brasileñas han hecho declaraciones a la prensa sobre la importancia de un acuerdo con el Reino Unido post-Brexit, en caso sea posible (Financial Times 2016).

Dicho potencial acuerdo comercial, tanto para Brasil como para el resto de los miembros mercosureños (incluyendo Paraguay), es sólo posible bajo los auspicios de Mercosur, dado que el bloque comercial mantiene la potestad de la política comercial frente a terceros, aunque existen más probabilidades hoy que los nuevos gobiernos del Mercosur decidan dejar de lado la cláusula de negociación en bloque.2016-12-07-miercolesCONCLUSIONES

El Brexit es un proceso cargado de incertidumbres y muchas incógnitas. La salida de un miembro comercial tan importante para la UE y la necesidad de mantener acceso al mercado europeo por parte del Reino Unido hacen que las alternativas posibles de resolución sean aún más variadas.

Es evidente que ambas partes están llevando el proceso previo a la salida con extrema cautela. Las repercusiones de un evento de esta magnitud en la economía mundial son difíciles de predecir, sobre todo sin saber cuál será la nueva vinculación económica entre Reino Unido y la Unión Europea.

Sin embargo, para los países latinoamericanos en general y el Paraguay en particular, los efectos económicos directos de este proceso no serán de magnitud.

Sin poder hacer una evaluación cabal de los posibles efectos indirectos, que implican las consecuencias del Brexit en la economía mundial, podemos decir que los efectos a nivel regional y local serán circunscriptos a un porcentaje menor del comercio y la inversión de nuestro país.

En todo caso, el Brexit es un fenómeno que debe ser estudiado en profundidad en los años venideros, con el objetivo de entender los potenciales riesgos y oportunidades que entraña para la economía mundial y nacional.

* Crédito columna: Lucas Arce, Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP).

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