¿Cómo afecta la paz con Argentina a las cuentas de la nueva Repsol? ¿Cómo afecta la paz con Argentina a las cuentas de la nueva Repsol?

Repsol pasa página al fatídico episodio de la expropiación de YPF. Hace casi dos años, el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner nacionalizaba un 51% de la filial argentina de Repsol. La petrolera española firma ahora la paz con Argentina a cambio de una compensación de 5.000 millones de dólares en deuda del país latinoamericano, muy por debajo de la valoración que la propia Repsol hacía de la participación expropiada.

Tras una maratoniana reunión de su consejo de administración, Repsol daba ayer luz verde al acuerdo alcanzado con Buenos Aires. Y bien entrada la tarde presentaba los resultados correspondientes a 2014 de forma inesperada (la presentación estaba prevista para hoy antes del inicio de la sesión bursátil). Unas cuentas que reflejan el golpe que ha supuesto para la compañía la expropiación de su filial y el acuerdo de paz. Éstas son las claves para entender el coste de una paz necesaria y otros aspectos de un consejo importante para el futuro de la compañía.

¿Qué acuerdo? ¿Qué paz?

El pasado noviembre Repsol y Argentina ya anunciaron un principio de acuerdo que contemplaba una indemnización por la expropiación de YPF de 5.000 millones de dólares (unos 3.650 millones de euros) en bonos argentinos. Desde entonces ambas partes han estado negociando los detalles y las garantías de pago. El pacto definitivo aprobado ayer por Repsol (pero que aún debe ser refrendado por la junta de accionistas y el Congreso argentino) confirma la compensación de esos 5.000 millones, y establecía el pago a través de cuatro diferentes tipos de bonos con vencimientos en 2015, 2017, 2024 y 2033 y tipos de interés entre el 7 y el 8,75%.

El pacto incluye garantías para cubrir posibles devaluaciones del valor de los bonos. Si el valor de mercado cae por debajo de los 4.670 millones, Argentina emitirá bonos adicionales por valor de hasta otros 1.000 de dólares para compensar el desfase. En cualquier caso, el máximo de bonos emitidos por Buenos Aires no podrá superar los 6.000 millones de dólares en total. En paralelo, si Repsol vende en el mercado los bonos antes del vencimiento deberá compensar a Argentina si el montante percibido por la petrolera superara los 5.000 millones pactados. Garantías para ambas partes.

Si Repsol decidiera mantener los bonos argentinos hasta su vencimiento y cobrar así el tipo de interés que contemplan las diferentes emisiones, la compañía española podría percibir a modo de indemnización por YPF cerca de 10.000 millones a lo largo de las próximas dos décadas. Sin embargo, lo más probable es que Repsol es que opte por una venta anticipada y por liquidar la deuda argentina.

Dos resultados, dos realidades.

El impacto del acuerdo con Argentina supone un lastre para las cuentas anuales de Repsol. La petrolera registró un beneficio neto de 195 millones de euros el año pasado, lo que supone una fortísima caída del 90% en relación al año anterior. No obstante, el desplome de las ganancias está motivado por las provisiones por valor de 2.384 millones que la petrolera ha hecho con cargo a las cuentas de 2013 para cubrir tanto el impacto de la expropiación de YPF en su balance como por los activos norteamericanos que la compañía no consiguió incluir en la venta de su negocio de GNL a Shell.

Repsol quiso subrayar que el beneficio neto recurrente, que no contabiliza el impacto de esas provisiones extraordinarias y que reflejaría por ello mejor la marcha del negocio de la compañía, registra sólo una caída moderada del 7%, y se situaría en los 1.823 millones. El resultado bruto de explotación (ebitda), que también refleja mejor cómo han evolucionado las cuentas al margen de esos extraordinarios, cayó un 10,4%, hasta los 6.230 millones.

Las provisiones por YPF.

Repsol ya anunció la semana pasada que había provisionado 1.279 millones de euros para cubrir el impacto del acuerdo por YPF, porque la compensación acordada es menor al valor que la compañía tenía contabilizada esa participación en sus libros. La petrolera española contabilizaba el 51% de YPF expropiado en casi 5.300 millones de euros, muy por encima de los 3.700 millones que contempla el acuerdo con Buenos Aires. La indemnización, además, está a años luz de los 10.500 millones de dólares que la petrolera española reclamaba por la expropiación y que, según su criterio, era la cifra compensatoria que estipulaban los propios estatutos de YPF. Con el acuerdo aprobado ayer todos los litigios y acciones legales quedan cerrados.

Las provisiones tras la venta a Shell.

Repsol anunció el pasado febrero un acuerdo con el grupo angloholandés Shell para la venta de la inmensa mayoría de su negocio de gas natural licuado (GNL), en una operación valorada en 6.700 millones de dólares. La petrolera no conseguía incluir en la venta sus activos norteamericanos, singularmente la planta que la compañía tiene en Canadá para proveer de gas al mercado estadounidense y que ahora está infrautilizada en pleno boom del gas esquisto. Para cubrir el impacto de estos activos norteamericanos, Repsol provisiona con cargo a las cuentas del año pasado otros 1.105 millones. Unas provisiones que quedaron, no obstante, parcialmente compensadas por las plusvalías de 1.263 millones obtenidas con la venta a Shell.

Mantener el dividendo.

El consejo de administración de Repsol aprobó ayer proponer a la junta de accionistas que se celebrará el próximo 28 de marzo un dividendo complementario de 0,50 euros por acción, que se sumaría a los 0,47 euros que ya repartió en enero. Repsol retribuirá así al sus accionistas con casi un euro por título, en línea con los 0,96 euros que distribuyó ya el año pasado. La petrolera decide así mantener el dividendo a pesar de la caída del beneficio y opta por mantener el scrip dividend (el accionista elige entre cobrar en acciones o en efectivo).

La venta de Gas Natural.

La compañía también aprovechó el consejo de administración de ayer para reactivar el proceso de venta de su participación del 30% de Gas Natural Fenosa, según adelanta hoy EXPANSIÓN en Orbyt. La petrolera había dejado en stand by esta desinversión desde el pasado mes de noviembre para centrarse en una tarea mayor como era la negociación de los detalles acuerdo con Argentina por la expropiación de YPF.

Blindaje contra escisiones.

En paralelo, el consejo de Repsol acordó una modificación de sus estatutos para asegurar la no escisión de sus negocios de exploración y producción (upstream) y los de refino y marketing (downstream). La tensión creciente entre la dirección capitaneada por Antonio Brufau y uno de los grandes accionistas, Pemex, y ante los rumores del interés de la petrolera mexicana para escindir ambos negocios para ganar peso en exploración, el consejo mueve ficha. A partir de ahora, cualquier operación que conlleve la escisión de ambas patas de su negocio debe someterse a la junta de accionistas, pero antes debe contar con el respaldo de tres cuartas partes de los miembros del consejo de administración.

Fuente: Expansión.

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