Confección de tres millones de batas hospitalarias generará tres mil empleos

Asunción, Agencia IP.- La Asociación Industrial de Confeccionistas del Paraguay (AICP) realizó la primera entrega de batas al Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS). La confección de tres millones de ellas generará tres mil empleos para el sector mediante el acuerdo entre el gobierno de Paraguay y el sector privado.

La histórica entrega se realizó en el predio del Parque Sanitario N° 1, situado en Mariano Roque Alonso. La cartera sanitaria solicitó tres millones de unidades de protección hospitalaria, que serán distribuidas en los hospitales del país, y cuya entrega se realizará por tandas y se prevé completar el total para diciembre de este año.

A partir de la adjudicación de de este acuerdo de provisión de batas hospitalarias por parte del Ministerio de Salud a la AICP, se busca proteger a los profesionales de blanco, que son los primeros en la línea de batalla contra el nuevo coronavirus  y así también el objetivo es generar fuentes de empleos en el país; y en ese contexto, el sector textil realizó la primera entrega del trabajo.

Durante el acto simbólico, el presidente de la AICP, Diego Daud dijo que este trabajo demuestra con hechos que la industria está preparada para abastecer cualquier necesidad que surja en el Estado. “Estas batas de uso médico son productos de primera necesidad ante la batalla contra la COVID-19 y orgullosamente podemos decir que la industria nacional es la que está abasteciendo eso”, manifestó.

En la misma línea, aseguró que cuentan con una calidad superior, incluso a los productos que anteriormente se importaban. “Más de 100 empresas están trabajando en lo que es la fabricación de estas batas, desde empresas grandes, exportadoras, medianas y chicas. Se están fabricando en todo el Paraguay. Estimamos que entre 3.000 a 5.000 personas están trabajando, y van a tener ingresos dignos para sostener a sus familias por lo menos hasta fin de año”, señaló.

Mencionó además que mediante dicha acción interinstitucional, el sector recibió pedidos de otras instituciones privadas, gubernamentales y hasta del exterior.

Por su parte, la titular del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), Liz Cramer destacó que la industria textil ante el freno de la economía por causa de la pandemia, apostó a la reinvención, adaptando sus procesos al nuevo contexto.

“Qué alegría saber que organizaciones internacionales ya le están haciendo pedidos concretos a la industria nacional, tanto para uso local como internacional. Qué alegría saber que han adquirido el nivel necesario de confianza en productos tan sensibles como para que no solamente demos abasto a nivel interno sino que también seamos capaces y proveedores de exportar”, expresó.

Cramer resaltó que este acuerdo marca un hito de que se pueden hacer bien las cosas, de lograr un precio justo, un producto de calidad donde puede haber una distribución equitativa del impacto, y sobre todo, la capacidad de ser una asociación de confianza entre sector público y el privado.

El ministro de Salud, Julio Mazzoleni, a su turno, refirió que hace seis meses, a inicios de la pandemia, «el Paraguay no producía ninguno de los equipos de protección individual, ni mascarillas, batas, trajes de protección, absolutamente nada»; por lo que su confección es todo un logro para la industria nacional, que además está orientada a abastecer a los establecimientos sanitarios del país.

“Hoy se hace todo en el país y no solo lo estamos haciendo para el Paraguay sino también ya empieza a exportarse. Sin duda que la vieja frase de que toda crisis es una oportunidad, se ha cumplido en toda su magnitud y solamente se puede dar cuando hay un interés superior que nos mueve a todos que es el bien de la nación”, resaltó.

Esta acción fue enmarcada dentro de la Ley de Contrataciones Públicas 2051/03 que exige transparencia en la compra de insumos. La misión del gremio fue articular los trabajos con criterios inclusivos, equitativos y de buenas prácticas para agrupar empresas de distintos tamaños: pequeñas, medianas y grandes; proponiendo un modelo de distribución del trabajo sin precedentes en la historia de la industria de la confección y de las compras públicas.

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