¿Qué votó la Argentina cuando votó? Javier Milei y Sergio Massa disputarán la presidencia en segunda vuelta

Crédito columna: Laura Ivaldi, especialista en marketing y comunicación, socia de IM Consumer Intelligence.

En uno de los escenarios más imprevisibles de la historia argentina, este último domingo se llevaron a cabo los comicios para elegir al nuevo presidente. Encuestas dispares y con bajo nivel de credibilidad sobre la base de pronósticos errados anteriores, todo era incertidumbre el 22 de octubre.

Con una sociedad desesperanzada, harta del contexto económico que presenta casi un 140% de inflación interanual, sueldos que no alcanzan, faltantes de alimentos, medicamentos, inseguridad y explosivos casos de corrupción; se presentó a las urnas un 77% del electorado, un número más alto en relación con las primarias, pero más bajo que en elecciones anteriores.

Discursos de campaña desenfocados, plagados de temas que no representan las verdaderas necesidades del pueblo y una agenda de medios que no pudo predecir este resultado, describen los días previos.

Pero llegó el domingo de las elecciones y el resultado indicó (con el 98,51% de los votos escrutados) que en un mes habrá ballotage entre el candidato -actual ministro de Economía- Sergio Massa, representante del oficialismo que ganó con un 36,68%; y Javier Milei que quedó en segundo lugar con un 29,98%, el nuevo y disruptivo candidato en la escena política.

GOBIERNOS ARGENTINOS CONTEMPORÁNEOS

En Argentina se viene dando una alternancia entre radicales, peronistas y kirchneristas -este último movimiento que se armó con la llegada de Néstor Kirchner y posteriormente de su esposa Cristina Fernández de Kirchner y que marcó el surgimiento de una nueva corriente dentro del peronismo.

Influenciados por ideas progresistas y un enfoque en la justicia social que revigorizó la política argentina con políticas audaces y un relato enérgico, comúnmente llamada en el país como política populista.

Durante los gobiernos kirchneristas, Argentina experimentó un período de rápido crecimiento económico en el inicio luego de la gran crisis del 2001, pero las políticas erróneas en salud, especialmente durante la pandemia, educación y el incremento de los planes sociales, ha redundado en la actualidad en este escenario de gasto público insostenible y con él, todas sus consecuencias. Entre ellas, que el 40% de la población hoy es pobre.

Este paisaje ha definido el contexto político de Argentina en los últimos 70 años. Esta rotación en el poder ha llevado a una serie de reformas políticas, económicas y sociales, cada una dejando su marca en la nación.

Sin embargo, también ha llevado a tensiones y divisiones dentro de la sociedad argentina, reflejando secuelas de una profunda pasión y también de una gran grieta.

En este contexto y con algunas novedades se llegó a las elecciones presidenciales que definen el liderazgo político por los próximos 4 años.

EL CISNE NEGRO JAVIER MILEI

La novedad política que aparece en estas elecciones nos ha recordado a todos la naturaleza dinámica y siempre cambiante de la política argentina. En un país donde las sorpresas políticas no son raras, Milei, el candidato más novedoso en esta elección, se ha destacado como un cisne negro único, desafiando las expectativas y desestabilizando las narrativas políticas preexistentes.

Durante toda la previa al domingo 22 de octubre y en un complejo panorama político, pocas figuras han generado tanta controversia y debate como Milei; quien se ha erigido como la figura destacada, capturando la atención del público con su estilo franco y sus opiniones audaces y polémicas.

Su feroz defensa del liberalismo económico abogando por la reducción drástica del tamaño del Estado, la eliminación de regulaciones y una economía de mercado sin restricciones. Sus propuestas económicas radicales han encontrado eco entre aquellos que buscan un cambio profundo en las políticas económicas del país y especialmente entre las generaciones más jóvenes gracias a su crítica abierta y sin tapujos hacia la clase política argentina.

Ha denunciado repetidamente la corrupción y la falta de transparencia en el gobierno, prometiendo ser una voz para aquellos que se sienten desencantados con el sistema político existente.

En los últimos días hasta ha tomado una postura opositora con la iglesia misma, destacando una de sus candidatas que propondría un proyecto de ley para que los padres que no hayan buscado un hijo, tengan el derecho de no hacerse cargo de la paternidad.

Milei ha aprovechado hábilmente las redes sociales para difundir su mensaje. Tiene una presencia activa en plataformas como TikTok, X e Instagram, donde comparte sus opiniones, interacciona con seguidores y critica las políticas del gobierno actual.

Su presencia en línea le ha permitido conectarse directamente con un público joven y comprometido. Una vez más -como tantas veces en la historia- un candidato que conecta con la juventud y la motiva a ir por un lugar protagónico en la política.

Todos estos hechos, los resultados de las primarias, más los de las últimas encuestas le daban a Milei como ganador en primera vuelta a presidente de la República Argentina, aun con casi nulo apoyo en las gobernaciones del interior del país y baja presencia en el Congreso.

Pero no fue así. En la Argentina actual se va a ballotage, entre Javier Milei representante libertario y Sergio Massa -y sus promesas de salvación- aun siendo quien está a cargo de la economía desde hace poco más de un año.

EL FRACASO DE JUNTOS POR EL CAMBIO, LA SUPUESTA REAL OPOSICIÓN

En este contexto, una coalición que surgió en el 2015 con la figura de Mauricio Macri a la cabeza, como la principal fuerza opositora al gobierno de turno: “Juntos por el cambio”.

Esta alianza, compuesta principalmente por el PRO, la Unión Cívica Radical (UCR) y la Coalición Cívica, se ha convertido en una voz influyente y unificada que desafía las políticas del oficialismo. Este partido ha intensificado sus esfuerzos para consolidarse como una alternativa viable y atractiva para los argentinos.

Su principal fortaleza es que ha logrado mantener una diversidad ideológica dentro de sus filas, albergando desde conservadores hasta liberales, lo que le permite abordar una amplia gama de temas y llegar a diversos sectores de la sociedad.

Esta pluralidad ha sido una de sus fortalezas, permitiéndoles presentar propuestas variadas y responder a las preocupaciones de un electorado diverso. Hoy representaban la gran esperanza para muchos argentinos que pretendían terminar con la ideología del gobierno actual.

No obstante, todos los esfuerzos plagados de disputas internas, luchas de egos entre los principales candidatos, con Patricia Bullrich a la cabeza y alianzas tardías no fueron suficientes; y en esta elección quedaron en tercer lugar por lo tanto fuera del ballotage.

AHORA EL 19 DE NOVIEMBRE

Luego de los resultados del domingo 22 de octubre surgen algunas conclusiones. La gente es conservadora y de cara a una crisis, elige cuidar lo poco que le queda ante el riesgo de perder más. Nunca mejor aplicado el dicho “Mejor malo conocido que bueno por conocer”. La campaña del miedo, asustando al electorado con todo lo malo que pudiera ocurrir de cara a un cambio, dio resultados.

Definitivamente se confirma que la corrupción no es un tema que mueva el amperímetro a la hora de poner la boleta en la urna. Y por último, la idea simbólica subyacente en la mentalidad de muchos ciudadanos de este país, que indica que solo un gobierno peronista tiene la gobernabilidad suficiente para sostener las crisis que -de forma reiterada- atraviesa la Argentina, servirían para explicar estos resultados.

No obstante, una vez más se dio el fenómeno del voto vergonzante y gran parte del público no declaró ante las encuestas anónimas que votaría a Sergio Massa.

Es cierto que en un mes pueden ocurrir muchas cosas, nuevas alianzas, más quiebres y una campaña que promete ser feroz. Con una economía incierta que nadie sabe cómo responderá de cara a estos resultados. Falta solo un mes.

Esa es la fecha en la que los argentinos elegirán en forma definitiva el presidente y la ideología que regirá la política del país por los próximos 4 años. Luego de eso, nos preocuparemos por el día después, pero ese ya será otro tema.

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