Estamos viviendo una guerra mundial y todavía no lo sabemos

Gran parte del mundo en guerra. Los beneficios de vivir donde se “cae” el mundo.

Crédito columna: Alejandro Kladniew, socio gerente de Paraguay Development SRL. 

Mientras era estudiante universitario en la Universidad del Salvador de Buenos Aires, Argentina, tenía un profesor español en la materia teología que habitualmente nos decía a los alumnos “Ustedes viven en donde el mundo se cae (en realidad literalmente decía “en el culo del mundo”) pero muchas veces se creen que son el ombligo del mundo”. 

En general los que tuvimos la bendición de viajar por el mundo, sabemos que dicho profesor tenía mucha razón. No solo Argentina no es “ombligo del mundo”, sino que el mismo concepto es válido para casi todo el sur del continente. La mayoría de los seres humanos que viven en el norte casi no saben ni quiénes somos, ni dónde estamos.

En el siglo XX, hace unas décadas atrás, los presidentes de Brasil y Argentina denunciaban que el mundo se componía de un norte rico y un sur pobre a nivel económico, y denunciaban los enormes desequilibrios de desarrollo que había entre ambas regiones, reclamando políticas que tiendan a equilibrar dichas diferencias. 

Más allá de los enormes beneficios que ha implicado a nivel comercial la inclusión de China y otros países de Oriente en el comercio internacional, que en gran parte han permitido a muchas economías el mejoramiento de los precios de los productos primarios; la diferencia norte y sur se mantiene y a pesar del desarrollo del mundo digital que debería achicar las distancias geográficas, seguimos comercialmente estando en el “ombligo del mundo”, porque aún la distancia geográfica tiene peso en el comercio internacional y no hemos logrado un desarrollo en materia tecnológico-digital que nos permita competir donde están asentadas las economías del conocimiento.

Ante este tipo de encuadre, tenemos la percepción de ser víctimas de un escenario internacional en donde parece que estamos condenados al padecimiento, por lo menos en cuanto a desarrollo se refiere. 

Sin embargo, invito a que tengamos una mirada más amplia de la situación, lo que seguramente nos permitirá observar todo el cuadro con mayor benevolencia en cuanto a valorar mejor la región del mundo en donde elegimos vivir. 

En el norte del mundo, la Unión Europea está apoyando a Estados Unidos en cuidar el Mar Rojo para que no se vea afectado el comercio internacional por dicha vía. Esto es porque rebeldes yemenitas llamados Hutíes vienen lanzando misiles contra barcos que operan sobre dicha ruta, en particular porque este grupo terrorista tiene como objetivo intentar anular el transporte comercial y militar que puede hacer por esa vía Israel y sus aliados. En los últimos días han cortado varios cables en el océano que transportan datos y comunicaciones.

Es un secreto a voces que dichos rebeldes están sostenidos por el gobierno de Irán. Misma situación que ocurre con Hezbollah en el Líbano y grupo sirios, en ambos casos, que están atacando a Israel desde el norte de su territorio. 

Todas estas acciones comenzaron después del 7 de octubre de 2023, fecha que Israel resolvió terminar militarmente con el grupo terrorista Hamas, a partir del pogromo que los mismos realizaron ingresando a Israel, operación que incluyó el secuestro de más de 200 personas, de las cuales más de 100 continúan secuestrados. 

Asimismo, es por todos conocido que Israel cuenta con un apoyo irrestricto en esta guerra, de EEUU en particular y de gran parte de Europa Occidental. Claramente el mundo árabe también ha tomado posiciones en cuanto al conflicto sin inmiscuirse directamente en el mismo, pero países como Qatar claramente apoyan y sostienen también económicamente a Hamas.

Todo lo anterior es en cuanto a lo que ocurre en Medio Oriente y parte de sus repercusiones en el primer mundo.

En otro frente, continúa la guerra entre Ucrania y Rusia, esta es una guerra que ya   cumplió dos años desde su comienzo, en donde la posición de Ucrania tiene el apoyo explícito de Estados Unidos y de la comunidad económica europea. Este apoyo está representado en dinero, estrategia y armas.  Por el lado ruso, cuenta con apoyo explícito de Irán, China, Bielorrusia y Corea del Norte. 

Imposible dejar de mencionar el estado de situación de tensión entre Taiwán y China como parte de este traumático relato y el de las dos Coreas.

Es decir, estamos ante una gran parte del plantea en alarmante estado de conflicto armado mientras nosotros vivimos en una claramente zona de paz, más allá de todos nuestros enormes problemas por resolver.

Es natural de todos los seres humanos -la mayoría de las veces- valorar las cosas cuando las perdemos. Un ejemplo muy habitual es el referido al estado de salud y al estado de enfermedad, casi siempre cuando estamos en estado de salud, creemos y consideramos que el mismo será eterno y solo cuando nos enfermamos podemos valorar lo que implica la salud.

Permítame, amigo lector, hacer este paralelismo entre estado de salud y estado de paz. En cada mensaje de fin de año, para con mi familia, mis amigos, el personal de la empresa, hago hincapié en mis deseos de salud para cada uno de ellos.

Con salud, casi todo lo demás se puede arreglar, mejorar. Bendecidos entonces de vivir en una región de paz, mucho de lo demás depende mayormente de nosotros. 

En síntesis, parece que no es tan malo entonces, vivir en el “ombligo del mundo”, tenemos paz, y si hacemos las cosas más o menos bien, podemos aspirar a más desarrollo y más equidad.

 

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