Las vicisitudes de la industria aseguradora: ¿Qué porvenir se avizora?

Producto de la cuarentena y su consecuente paralización económica, el sector seguros se vio afectado en el ingreso de primas pues algunos clientes han visto disminuido sus ingresos y otros están actuando de forma precavida por las incertidumbres generadas.

Los meses más críticos fueron marzo y abril, iniciándose en mayo una ligera recuperación que aún no alcanza los niveles de años anteriores.

Avanzando 2020, la economía paraguaya enfrentaba una serie de   desafíos.   Una   intensa   actividad   económica,   tanto   en   servicios como en agricultura y construcción, caracterizaban el primer  trimestre del año. Sin  embargo,  desde  marzo  en  adelante  comenzó   un   ciclo   de   ralentización.  

La exigencia de  la cuarentena provocada  por   la   pandemia   del   COVID-19   afectó el empleo, el consumo, la capacidad de pago de las personas y, en especial, el consumo.

En la actividad aseguradora las variables que más fueron afectadas son los ratios de siniestralidad y de morosidad.

Si bien en los meses de marzo y abril, los indicadores de siniestralidad se vieron disminuidos, especialmente en la sección automóviles por las restricciones de circulación, con el levantamiento de las etapas de cuarentena, este indicador ha retornado a los parámetros normales e históricos en el ramo.

Un detalle interesante en el ramo de automóviles registrado en los últimos meses, es el incremento de la siniestralidad en lesiones a personas por accidentes que involucran a motociclistas debido al aumento de su circulación en los servicios de delivery, lo cual denota aún más la necesidad de contar con un seguro obligatorio para los automovilistas, además de un eficiente programa de educación vial para el manejo preventivo de los conductores de motocicletas.

La economía ya se está reactivando lentamente en ciertos sectores, si bien algunos aún no han podido operar al 100% debido a las restricciones vigentes.

La situación económica de Paraguay antes de la pandemia a diferencia de otros países de la región, favoreció a que la reactivación económica pueda ser más ágil. Los grandes generadores de mano de obra, construcciones civiles y privadas, ya se encuentran operando. También es importante mencionar que la exportación tuvo un repunte positivo en los últimos meses. Todos estos factores indican que en el 2021 tendremos un panorama alentador para todos los sectores. 

Por su parte, el principal reto para el rubro asegurador es llegar a la población que nunca ha contratado seguros, ya sea por falta de educación en la materia, por desconfianza o por falta de cultura preventiva.

Muchas veces estos sectores son los más carenciados, y resulta ser que son quienes más necesitan protección.

Los efectos de la pandemia del COVID-19 son profundos, y aún no se tiene una idea precisa de cuando concluye esta etapa. Muchas empresas van a estar golpeadas y muchas personas sin empleos.

Pero la necesidad de supervivencia hace que se vayan creando nuevas vías para la generación de ingresos.  La reactivación de la economía va a requerir de la participación y esfuerzo de todos los actores económicos.

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