Florencia Attademo-Hirt: “La profundidad de esta crisis va más allá de las consecuencias económicas”

A medida que avanza el coronavirus, las perspectivas de crecimiento para el 2020 se han ido revisando a la baja y la esperada recuperación en forma de V se va transformando en U.

La pandemia es una gran oportunidad para repensar el modelo productivo de un país con sostenibilidad e inclusión, y para acelerar la transformación digital.

PLUS: ¿Cómo encuentra el escenario del COVID-19 en Paraguay y la coyuntura regional?

Florencia Attademo-Hirt: El escenario, tanto en el país como en la región y en el mundo es, en general, negativo e incierto. La pandemia es un shock externo global sin precedentes, que nos encontró a todos los países de la región en las mismas condiciones para enfrentarla.

Este punto de partida desigual, ha condicionado la respuesta de los países en los aspectos sanitario, económico y social de la emergencia; y ha generado gran heterogeneidad en la evolución de la tasa de contagios, las características y duración de las medidas de confinamiento y la profundidad de los impactos de la crisis. En síntesis, es una situación sin precedentes, con efectos negativos de duración incierta que varían en su profundidad dependiendo de las condiciones pre-existentes de cada país, tanto en lo sanitario y económico, como en lo social.

PLUS: ¿Cuáles considera serán las principales consecuencias derivadas de la pandemia?

Florencia Attademo-Hirt: Ya estamos observando varias. Por ejemplo, se ha generado mayor desempleo, precarización del empleo y restricciones en los ingresos, especialmente en los hogares más vulnerables; se ha incrementado el endeudamiento, tanto público como privado; se han deteriorado las cuentas públicas y los indicadores financieros.

También existen consecuencias positivas, como una mayor digitalización y un crecimiento en industrias no convencionales para algunos de nuestros países, como el comercio en línea.

Habrá además, consecuencias de mediano y largo plazo que se irán evidenciando con el paso del tiempo, porque si bien esta pandemia es transitoria, muchos de sus efectos permanecerán y afectarán el tejido productivo y social de los países.

PLUS: ¿Cree que aún sea posible reactivar la economía este año?

Florencia Attademo-Hirt: La reactivación de la economía es un proceso que depende de una multiplicidad de factores, más que de una acción específica en un momento dado. Para propiciar que este proceso se dé de la manera deseada, es importante hacer una buena gestión de la emergencia, que aún está en curso.

Las acciones de mitigación y contención, tanto sanitarias, como económicas y sociales, son claves para impulsar el proceso de recuperación. Estas acciones no sólo dependen de los países individualmente, sino también de los países vecinos y del contexto mundial, particularmente cuando se intenta reimpulsar la economía frente a un shock global como el del COVID-19.

A medida que avanza la pandemia, las perspectivas de crecimiento para el 2020 se han ido revisando a la baja y la esperada recuperación en forma de V se va transformando en U. Se estima que América Latina y el Caribe podrían sufrir una recesión cercana al 10% este año, superior a la que se estima para Paraguay que, en los escenarios más pesimistas llegaría a 5%; y que la región podría demorar hasta 4 años en retomar la tendencia de crecimiento previa a la crisis.

Por otro lado, cabe preguntarse qué tipo de reactivación queremos para nuestros países. Estamos buscando volver al estado anterior a la pandemia, donde la mayoría de los países de América Latina y el Caribe ya evidenciaban una desaceleración del crecimiento. O aspiramos -cada país individual y como región- a aprovechar la oportunidad que esta crisis presenta para sentar las bases para un crecimiento sostenible e inclusivo en el largo plazo.

Desde el Grupo BID, instamos a reflexionar sobre la oportunidad de sentar las bases para un crecimiento que respete y valore los bienes naturales y culturales de la región, e incluya a todos los latinoamericanos y caribeños.

PLUS: ¿Qué oportunidades pueden aparecer como consecuencia de la pandemia?

Florencia Attademo-Hirt: La pandemia es una gran oportunidad para repensar el modelo productivo de un país con sostenibilidad e inclusión; y para acelerar la transformación digital de las economías. Para hacer uso efectivo de estas oportunidades, se necesita una serie de condiciones habilitantes que van desde la infraestructura física, como pueden ser energía renovable sostenible y confiable para toda la población, hasta habilidades blandas de formación de capital humano, como la alfabetización digital de la población.

Algunas condiciones habilitantes son más fáciles de implementar que otras. No obstante, la concientización sobre la necesidad de avanzar en estos frentes no podría ser más contundente.

Otra oportunidad que la pandemia presenta es la de aumentar la eficiencia de la gestión pública. La gran mayoría de los países de América Latina y el Caribe atravesarán procesos de consolidación fiscal, una vez pasada la emergencia.

Esto significa que después del gran esfuerzo fiscal que se está haciendo para atender la urgencia sanitaria, económica y social, será necesario poner las cuentas públicas en orden. Esto no es tarea sencilla, requiere de esfuerzo, de un mejor uso de los recursos públicos, de una racionalización del gasto y de mejoras en el funcionamiento del Estado.

Por último, la pandemia es una oportunidad para impulsar una estrategia de formalización integral de las economías. Una alta tasa de informalidad evidencia baja productividad laboral y marcos regulatorios poco propicios para el surgimiento y desarrollo de un sector productivo moderno e innovador, que lidere la transformación económica.

El Estado, por sí solo, no puede generar una transformación económica sostenible ni un aumento de la productividad duradero. Se precisan esfuerzos articulados -públicos y privados- y mejorar los incentivos en materia previsional, impositiva, educativa, y de acumulación de capital físico y humano, entre otros.

En nuestro reporte ALC Post COVID-19: Retos y oportunidades, compartimos más consideraciones sobre cómo promover el crecimiento pospandemia en las áreas macrofiscal, productiva y social.

PLUS: ¿Qué tan profunda puede llegar a ser la crisis económica en América Latina y el Caribe?

Florencia Attademo-Hirt: Sin dudas estamos atravesando la crisis más importante del último siglo y no sabemos aún con exactitud su severidad ni las secuelas que va a tener en el largo plazo. Todavía hay mucha incertidumbre en cuanto a las perspectivas económicas de la región debido al riesgo de nuevas olas de contagio en el mundo, perduración de las cuarentenas, disponibilidad y efectividad de la vacuna, entre muchos otros factores.

Lo que sí sabemos es que la profundidad de esta crisis va más allá de las consecuencias económicas; y que lleva a repensar el pacto social de todos los países de la región.

PLUS: ¿Considera que el COVID-19 está conduciendo a que las exportaciones de América Latina y el Caribe se desplomen?

Florencia Attademo-Hirt: La crisis mundial del COVID-19 está impactando, tanto en los precios, como en los volúmenes de las exportaciones de la región. Esto es producto de las medidas de confinamiento obligatorio que han impuesto la mayoría de los países del mundo, que han deprimido la demanda global; y restringido o postergado las decisiones de inversión y consumo.

En el primer cuatrimestre del año, las exportaciones de los países de América Latina disminuyeron casi 11% en términos interanuales y las de Paraguay 9,3%. Una encuesta realizada por INTAL a empresas exportadoras de América Latina y el Caribe, muestra que 8 de cada 10 empresas disminuyeron sus exportaciones desde el inicio de la pandemia https://bit.ly/2Ffupcb

A medida que los países retoman su ritmo de actividad, los flujos de comercio comienzan a mejorar de manera paulatina, pero los riesgos de nuevas olas de contagio, así como la heterogeneidad de la severidad de la crisis en los socios comerciales representan riesgos latentes. Esta misma encuesta revela que 4 de 10 empresas espera caídas de sus exportaciones también para 2021.

OPINIÓN

No podemos cambiar el hecho de que nos llegó una crisis de estas características, ni cambiar la ausencia de acciones que nos podrían haber preparado mejor para enfrentarla; pero sí podemos actuar ahora para que la próxima crisis nos encuentre mejor posicionados, más sostenibles y más inclusivos como latinoamericanos y caribeños.

Este momento difícil nos deja un aprendizaje y la oportunidad de avanzar con reformas estructurales que posibiliten una senda de crecimiento sostenido e inclusivo para América Latina y el Caribe. Sin esas reformas, será difícil que la región pueda experimentar un aumento significativo de la productividad y, eventualmente, cerrar las mayores brechas sociales que la pandemia dejará. 

Desde el Grupo BID estamos comprometidos a seguir apoyando a nuestros países miembros, a mejorar la vida de sus ciudadanos con soluciones innovadoras a retos que, sin ser nuevos, son aún más complejos que antes.

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El Grupo BID es la principal fuente de financiamiento para el desarrollo de América Latina y el Caribe. Ayuda a mejorar vidas al brindar soluciones financieras y conocimiento sobre el desarrollo a clientes tanto del sector público como del privado.

El Grupo está compuesto por el BID, que ha trabajado con gobiernos durante 60 años; BID Invest, que colabora con el sector privado; y BID Lab, que experimenta formas innovadoras de impulsar un crecimiento más inclusivo.

PERFIL | MARÍA FLORENCIA ATTADEMO-HIRT

Ciudadana argentina e italiana, ha sido representante de país del Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo (Grupo BID), gerente de país en Paraguay desde julio de 2018. Anteriormente, fue representante de país del Grupo BID en las Bahamas desde agosto de 2015 a junio de 2018. Ha trabajado en varias posiciones en el Grupo BID durante más de 20 años, primero en el departamento legal y luego en el sector de operaciones de la organización.

Su trabajo abarca proyectos del sector público y privado, asuntos institucionales y corporativos, y aspectos estratégicos mientras reportaba a tres vicepresidentes. Como representante de país, sus responsabilidades abarcan todos los proyectos y actividades del Grupo BID en Paraguay, incluyendo el diálogo con el país, préstamos y donaciones del sector público, financiamiento del sector privado, productos de conocimiento y relaciones y colaboración con la sociedad civil y la academia.

Antes de ser nombrada representante de país en las Bahamas, Florencia fue especialista principal de operaciones en la División de Mercados de Capital e Instituciones Financieras en el sector de instituciones para el desarrollo, donde lideró una serie de operaciones de préstamos y operaciones de cooperación técnica en una gran variedad de temas y países, que van desde intervenciones de banda ancha y energéticas en ciertos estados pequeños del Caribe hasta el financiamiento de proyectos en Haití. También se desempeñó como asesora senior de la vicepresidencia de sectores y conocimiento, y como asesora senior de operaciones de la vicepresidencia de países.

Es abogada de la Universidad Nacional de Litoral en Argentina, y obtuvo un master en leyes en la Escuela de Leyes de la Universidad de Chicago. Fue becaria Fullbright y está admitida a la práctica del derecho en Buenos Aires y Nueva York. Florencia está casada con Brian C. Hirt y juntos tienen dos hijos, Julia y Sean. Habla con fluidez español, inglés y portugués y tiene conocimientos de danés, alemán y francés.

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