Twitter debuta en la bolsa sin haber ganado un centavo

¿Valor de la empresa? $17.000 millones. ¿Costo de la acción? US$26 para las primeras transacciones. ¿Ganancias? 0. ¿Tiempo en el mercado? 7 años.

Esta es someramente la ficha técnica de Twitter resumida en sus clásicos 140 caracteres.

La compañía está a punto de empezar a cotizar en la Bolsa de Valores de Nueva York. Este jueves se concreta la Oferta Pública de Venta (OPV) que realizó para captar a inversionistas interesados en tener una participación en Twitter. De esta forma, recaudará capital y se convertirá en una empresa pública.

Pero muchos se preguntan cómo se avalúa una organización comercial con balances que no muestran ningún ingreso. ¿Cuál es su rentabilidad? ¿Qué retos le esperan al salir al mercado?
«Hay dos elementos que permiten determinar el valor de una empresa. Se analiza su situación contable, por ejemplo el flujo de caja, o se considera el precio que otros pagan por algo similar. Este último es el caso de Twitter, los inversionistas toman en cuenta el valor de compañías similares, como Facebook o LinkedIn y, a partir de allí, fijan una cantidad», le dice a la BBC Aswath Damodaran, profesor de finanzas corporativas de la Universidad de Nueva York.

Esa metodología, sin embargo, tiene riesgos. «El problema con esta evaluación es que podría generar una burbuja en el valor de las empresas tecnológicas», añade Damodaran.

La clave del éxito

Durante su primer año, el sitio de microbloging pasó desapercibido entre los usuarios. Despegó cuando jóvenes fanáticos de la tecnología descubrieron que era una buena alternativa para compartir ideas.

A partir de ese momento, tuvo un significado diferente para cada quien. «El uso particular que le dan las personas es lo que explica su popularidad. Puede servir para chismes o para esparcir noticias», señala el corresponsal de tecnología de la BBC, Rory Cellan-Jones.
Biz Stone, cofundador de Twitter, recurre a la analogía de una bandada de aves para explicar su éxito.

«Cuando vuelan alrededor de un objeto se ven hermosas, luce como una compleja coreografía, pero no es así. Se trata sencillamente del comportamiento en tiempo real de individuos que actúan como un organismo».

Este concepto es importante para entender el modelo de negocios que Twitter podría adoptar y que le permitiría ser rentable. James Whatley, director de redes sociales en la empresa de publicidad Ogilvy, en Londres, cree que es posible que la empresa produzca dinero.

«Tienen control de los mensajes enviados por los usuarios, lo que les permite ofrecerle a empresas específicas aparecer en el feed de una persona con ciertos intereses. Por ejemplo, si yo hablo de videojuegos, a Microsoft le convendría promover sus productos conmigo. Esto se conoce como tuits que se promueven. Un modelo similar se implementa con las tendencias».

Las dos caras de la moneda

Otra posibilidad promisoria en lo que respecta a la generación de dinero es la asociación televisiva que la empresa anunció recientemente.

«Según la información disponible en este momento, los usuarios interactúan más en Twitter cuando están viendo televisión, lo que incrementará la compra de tuits publicitarios por parte de este tipo de empresas», afirma Whatley.

En el camino, el sitio de microbloging también tendrá que sortear obstáculos relacionados, irónicamente, con la publicidad.
Kate Bevan, quien se especializa en escribir acerca de tecnología y redes sociales, está convencida de que la clave en esta etapa comercial está en el equilibrio.

«Ya hay publicidad patrocinada y eso le molesta a los usuarios porque interfiere en su conversación, así que tendrán que encontrar la forma de no espantarlos ni bombardearlos con anuncios comerciales».
También es importante considerar la situación actual del mercado. «Twitter entra en un territorio que tiene muchos jugadores, hay una gran cantidad de compañías compitiendo por publicidad, así que un aspecto importante será que logre diferenciarse de los demás».

Dinero y más dinero

A diferencia de Facebook, los directivos de Twitter decidieron salir al mercado a través de un proceso de presentación confidencial.
Se trata de un mecanismo que contempla la legislación estadounidense (cuyo nombre es Jumpstart Our Business Startups Act) y que le permite a una compañía comenzar la OPV sin revelar información en la etapa inicial. Para muchos, esto generó suspicacias.

«El concepto se ha malinterpretado, ya que sirve para darle cierta protección a la empresa frente a la volatilidad y la incertidumbre del mercado. Si caen los precios o algo sale mal, no termina desprestigiada, lo que perjudicaría a inversionistas y usuarios, tiene la oportunidad de intentarlo de nuevo».

¿Cómo se sabrá si la apuesta de salir al mercado fue exitosa?
«Lo fundamental será que gane dinero», asevera Damodaran.

Fuente: BBCMundo

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